EE.UU. se alinea con Rusia, y no con sus aliados, para votar contra Ucrania en la ONU
Junto a Israel, Hungría, Bielorrusia, Nicaragua y Eritrea, rechaza la retirada de las tropas de Putin
Kiev pidió en su resolución respeto a su soberanía, y la Casa Blanca presentó otra por el fin rápido de la guerra
Ucrania podría entrar en la UE antes de 2030 si sigue con sus reformas, según Von der Leyen

El giro de EE.UU. sobre la guerra en Ucrania y sus alianzas estratégicas se ha materializado este lunes en el gran escenario de las relaciones internacionales, la sede neoyorquina de la ONU: EE.UU. votó con Rusia y un puñado de países de la ... órbita de Moscú y China en las resoluciones para tratar de impulsar un proceso de paz para el conflicto en Europa del Este, en el tercer aniversario de la invasión decretada por Vladímir Putin.
Después de décadas de políticas de bloques y de los esfuerzos de Washington por aislar a Rusia por su agresión a Ucrania, el bandazo de la primera potencia mundial se materializó poco antes de las doce del mediodía en las pantallas de la Asamblea General de la ONU: EE.UU. y Rusia compartían el color en varias votaciones, algo impensable hace solo unas semanas. Y votaba en contra de sus aliados occidentales, desde los países europeos a Canadá o Japón.
La Asamblea General de la ONU, donde participan todos los países miembros, sometió a votación dos textos: uno presentado por Ucrania y sus aliados europeos y otro introducido por EE.UU. El primero mantenía la posición frente a la agresión rusa que ha defendido la gran mayoría de la comunidad internacional desde la invasión de Ucrania: las exigencias de una paz duradera, justa y en los términos de la Carta de la ONU y la legislación internacional; de la retirada inmediata de las tropas rusas y del respeto a la soberanía nacional y la integridad territorial de Ucrania.
Frente a lo que ha hecho en los últimos tres años con decenas de resoluciones similares en la ONU, el EE.UU. bajo Donald Trump votó en contra. Y se alineó con Rusia y el puñado de países que suelen seguir la línea de Moscú y Pekín en la ONU: Bielorrusia, Nicaragua, Eritrea, República Centroafricana… A ellos, también se sumaron en su voto negativo Israel, el gran aliado de EE.UU. en el concierto internacional, y Hungría, el único país europeo que votó en contra. Pese a ello, la resolución a favor de Ucrania y contra la agresión rusa salió adelante: 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones.
Después, el voto de Washington y Moscú volvió a alinearse cuando se votaron las enmiendas al texto estadounidense, presentadas por Francia en nombre de los aliados europeos. EE.UU. y Rusia votaron en contra. Y la delegación estadounidense se abstuvo en la votación de su texto enmendado, lo que no evitó que también saliera adelante ( 93 a favor, 8 en contra y 73 abstenciones).

Las resoluciones de la Asamblea General no tienen poder vinculante, pero sí peso político. Y las de este lunes visualizaron la ruptura de EE.UU. con sus socios tradicionales y su escoramiento hacia posiciones cercanas a Rusia. El embajador ruso, Vasili Nebenzia, defendió en los discursos previos a las votaciones, que el texto original de EE.UU. –que no salió adelante, fue modificado por las enmiendas– es un «paso en la dirección adecuada».
En los días previos a la votación, la Administración Trump presionó a Ucrania para que retirara su propuesta de resolución, pero sin éxito. Tampoco consiguió acordar un texto común con los socios europeos. De forma alternativa, presentó su propio texto, una resolución muy breve, de solo tres párrafos, en los que se evita cualquier mención a la agresión de Rusia o cualquier condena a Rusia y que solo exigía un «final rápido» de la guerra y una «paz duradera» entre Ucrania y Rusia.

«Esas resoluciones no han sido capaces de parar la guerra», defendió la representante de EE.UU., la embajadora interina Dorothy Shea. La resolución estadounidense «es un texto histórico que mira hacia adelante, no hacia atrás», defendió.
Los votos de EE.UU. culminaban el giro de la primera potencia mundial sobre el conflicto. En las últimas semanas, de manera progresiva, Trump ha iniciado conversaciones con Rusia sin contar con Ucrania ni con los países europeos; ha calificado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de «dictador»; ha acusado a Ucrania de comenzar la guerra y ha advertido a su Gobierno de que «o actúa rápido, o se quedará sin país».
La representante de Ucrania, la viceministra de Exteriores, Betsa Mariana, aseguró en medio del giro estadounidense que «este es un momento de verdad, un momento histórico». Y que «la forma en la que hoy respondamos a la agresión rusa definirá el futuro de Ucrania, el de Europa y nuestro futuro compartido».
La sesión en la Asamblea General era previa a una reunión por la tarde del Consejo de Seguridad, el órgano de poder de la ONU, cuyas resoluciones sí son vinculantes. Allí también estaba prevista la votación de una resolución introducida por EE.UU., en los mismos términos de la que la primera potencia mundial presentó ante la Asamblea General. Y también estaba previsto que la ruptura entre EE.UU. y sus aliados volviera a escenificarse.
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